Cómo evitar los errores más comunes en una entrevista de trabajo

PUBLICADO POR FED FINANCE ESPAÑA en Nuestros consejos de empleo
el 04/06/2019
Cómo evitar los errores más comunes en una entrevista de trabajo
La entrevista de trabajo es el primer paso para conseguir el puesto que deseas. Por eso, te contamos cómo evitar los errores más comunes. ¡Descúbrelo!



En tu proceso de búsqueda de empleo, puede que hayas desarrollado algunos malos hábitos durante las entrevistas de trabajo y que no te hayas dado cuenta. Al ser el punto de partida de una posible relación profesional, es muy importante conocer cómo evitar los errores más comunes en una entrevista en la medida de lo posible.

Es cierto es que ser uno mismo es el principal tip para salir airoso de una entrevista y continuar en el proceso de selección, pero también hay que evitar ser excesivamente honesto o dejarnos llevar por los nervios. ¿Cómo encontrar ese equilibrio? Para eso, te traemos una serie de consejos que te ayudarán tanto a aprender de tus posibles errores como a mejorar en los procesos de selección.

Los nervios, bajo control

La entrevista de trabajo no es una situación cómoda, seamos francos. Los nervios pueden jugarnos una mala pasada y llevarnos a cometer algunos errores, como:

  • Hablar demasiado rápido: es una consecuencia directa de perder los nervios. Para evitarlo, lo mejor es dedicar tiempo a preparar tus respuestas, es decir, a pensar en posibles preguntas que te puedan hacer tanto en relación a tu experiencia como al puesto para el que te postulas. Además, imagina que la entrevista es una conversación normal, con una interlocución dinámica. Escucha atentamente las preguntas y tómate tu tiempo para contestarlas con tranquilidad.
  • Ser demasiado sincero: es cierto que debemos ser honestos, pero contar lo mal que te llevabas con tus compañeros en tu anterior trabajo o por qué te despidieron no es la mejor idea cuando buscas que te elijan a ti. Si ser muy hablador y expresivo es uno de tus principales rasgos, dedica tiempo previamente a preparar algunas de las respuestas, especialmente aquellas del tipo “Dime tres virtudes y tres defectos”. Cíñete a tus respuestas y no tendrás que evitar haber hablado de más.
  • Presentarte demasiado pronto en el lugar de la entrevista: no solo es un fastidio para los entrevistadores, que tendrán un horario apretado de entrevistas, sino que no es bueno para gestionar tus nervios como candidato. Tampoco es bueno llegar justo a la hora, pero en cualquier caso más de 15 minutos antes es demasiado pronto.
  • No preparar la entrevista: es muy fácil que, por los nervios, no queramos ni pensar en la entrevista y lo dejemos todo al azar. Debemos estudiar los requisitos del puesto, plantear posibles preguntas que nos puedan hacer, y esbozar las respuestas.


Prepárate en la justa medida

No hay nada menos atractivo en los candidatos que soltar un discurso aprendido de memoria. Si bien es recomendable practicar durante todo el proceso de búsqueda de trabajo, debes dar cierto espacio a la flexibilidad, ya que es imposible predecir exactamente cómo transcurrirá la entrevista. Por eso, evita en lo posible:

  • Practicar demasiado: así como decíamos que hay que preparar la entrevista, también debemos saber ser flexibles y adaptarnos al transcurso de la conversación. Escucha lo que quieren saber los entrevistadores, qué preguntan y cómo lo preguntan, el tono que emplean... La capacidad de adaptación y la flexibilidad son recursos muy valorados por los reclutadores.
  • Hablar directamente de lo que no sabes hacer: en una entrevista de trabajo siempre es mejor hablar en términos positivos que negativos, incluso si hablamos de algo que no sabemos hacer o en lo que no tenemos experiencia. Casi ningún candidato encaja plenamente en todos los requisitos; por eso, asegúrate de destacar siempre aquellas habilidades y competencias en las que sí despuntas.
  • No conocer nada sobre el puesto y la compañía: Este es uno de los fallos más comunes de los candidatos. Para un reclutador, no hay nada más desmoralizante que entrevistar a una persona que no se ha molestado en investigar algo sobre la compañía y el puesto para el que postula. Asegúrate de conocer la visión y estrategia de la compañía, y debes ser capaz de describir al menos las principales funciones y objetivos del puesto para el que te presentas.

Es muy habitual caer en estos pequeños errores, que pueden ser definitorios a la hora de conseguir un trabajo. Por eso, asegúrate de controlar los nervios, preparar bien la entrevista y transmitir una imagen positiva.