El cambio climático y el futuro del empleo

PUBLICADO POR FED FINANCE ESPAÑA en Nuestros consejos de empleo
el 12/07/2021
El cambio climático y el futuro del empleo
Junto con las transformaciones socioeconómicas que traerá el cambio climático, el empleo se verá afectado de lleno sufriendo desapariciones de puestos pero viviendo la creación de otros muchos. Todo dependerá de la habilidad para asegurar una transición que asegure la oferta y el trabajo digno.

El gélido Ártico está experimentando el derretimiento de los glaciares y su efecto desfavorable en el ecosistema. El nivel del mar está aumentando, amenazando muchas costas, fauna y flora y desencadenando fenómenos meteorológicos extremos. Todos estos cambios en los ecosistemas provocados por el calentamiento global tienen un impacto en la población, sobre todo en aquella de clase media y baja, en términos de empleo. 

En Fed Finance somos expertos en selección de personal y headhuting y, por eso, hoy te contamos cómo ha afectado y afectará el calentamiento global al mercado laboral? 

La creación de nuevos puestos de trabajo 

El calentamiento global es un problema real, sin embargo hay evidencias positivas de cara al empleo y la creación de nuevos nichos laborales. ¿Qué sectores han abierto vacantes como consecuencia del calentamiento global? 

  • Investigación y desarrollo científico 

  • Conservación natural 

  • Energía verde 

  • Técnicos de calidad del agua 

  • Agricultura urbana 

  • Industria del automóvil eléctrico 

  • Expertos en recongelación de agua 

Todas las industrias y líneas de trabajo mencionadas anteriormente se encuentran aún en desarrollo, pero la mecha ya se encuentra encendidaLa mayoría de ellos son puestos orientados a crear medidas preventivas para detener los daños causados y el avance del cambio climático. Por ejemplo, los proveedores de energía verde y los automóviles que utilizan energía limpia son nuevas y emergentes industrias que prometen acabar con las emisiones masivas de gases de efecto invernadero. Y es que según datos de Red Eléctrica de España, las renovables alcanzaron el 43,6% de la generación de energía eléctrica en 2020, su mayor cuota desde que existen registros. 

¿Se perderán empleos? 

Sin embargo, estos cambios en la estructura empresarial y laboral requieren profundos cambios en los modelos económicos de todos los países. El cambio a una economía descarbonizada conducirá inevitablemente y por lo menos en un primer momento, al desempleo estructural, en un momento en que la economía mundial ya es débil. 

Por este motivo, parece necesario propiciar una transición a otro modelo productivo en el que se aúnen ecología y empleo. ¿Cómo concilia este impacto en la vida de los trabajadores? La respuesta es contundente: la inversión en acción climática. 

La inversión debe estar enfocada al cambio hacia economías inclusivas y con bajas emisiones de carbono que maximiza las oportunidades de prosperidad económica, justicia social, derechos y protección social. Por ende, se debería apuntar a diseñar una política industrial verde cuyo objeto sea desencadenar y facilitar los cambios estructurales que se requieran, entre ellos, la reconversión de muchos puestos de trabajo. 

Todo depende de una transición que asegure el trabajo digno 

En España, la Estrategia de Transición Justa será la herramienta a nivel estatal orientada a la selección y adopción de medidas que garanticen el trato igualitario para trabajadores y territorios en la transición hacia un modelo económico bajo en emisiones de gases de efecto invernadero. 

No obstante, las transformaciones planeadas y las que surjan en un futuro no deben olvidar el compromiso con el trabajo universal digno, aunando la transición económica con el respeto a los derechos sociales. Es preciso aunar la sostenibilidad y la protección laboral, tal y como demanda la Organización Internacional del Trabajo y apostar por trabajos verdes y decentes 

El Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del pasado 2020, proporciona una imagen general de las medidas tomadas hasta el momento para la aplicación de estas 17 premisas. Esta última actualización de unos objetivos acordados hace ya más de cinco años, desvela que a lo largo del pasado año, más de 71 millones de personas volverán a caer en la extrema pobreza, el primer aumento desde 1998. 

Además, el cambio climático continúa avanzando a un ritmo mucho mayor de lo previsto. Al mismo tiempo, a pesar de los incrementos en la inversión hacia una economía verde, siguen predominando los patrones insostenibles de consumo y producción. 

En conclusión, a priori el cambio climático puede ser una nueva fuente de creación de puestos de trabajo nuevos y con una creciente necesidad de ser cubiertos. Esto puede ser una buena baza de cara al empleo. Sin embargo, estos trabajos solo serán sostenibles y continuarán al alza si los gobiernos y la comunidad internacional priorizan un cambio en el modelo económico para asegurar la creación de empleo de calidad. 

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